lunes, 21 de junio de 2010

TORMENTA DE ESPERANZA.

CAPÍTULO 10: TORMENTA DE ESPERANZA.
Personaje invitado para esta semana: Yolanda Méndez Martínez. Empresaria de Yurécuaro Michoacán.

En la cueva misteriosa, Copero el fiel servidor de Edith descubre con un asombro total como el Oro, la Plata y las joyas preciosas han desaparecido o alguien los ha tomado del lugar que tan celosamente él los había ocultado por muchísimo tiempo:
Copero.- ¡No puede ser! ¿Ahora qué cuentas le voy a dar a la Señora Edith?¡ Tal vez lo mejor sea irme lejos, lejos de aquí!.
Afuera en el horizonte, parece que una tormenta tempestuosa está a punto de llegar, el viento es helado, frío, es una noche de tormentas, de todo tipo de tempestades.
En la Hacienda “La Semilla” los invitados a la Cena del Señor Gobernador siguen llegando. Don Marcial el Anticuario y su hijo Pablo Fernando acaban de llegar:
Don Marcial.- ¡Por fin llegamos! Ha sido todo un logro que hayamos podido llegar antes de la gran tormenta. Otra vez regresaste a la Hacienda Pablo Fernando.
Pablo Fernando.- Sabía que volvería papá, si aquí dejé media parte de mi vida y mi corazón al dejar aquí a Ana Victoria, no la he podido olvidar, somos el uno para el otro.
Don Marcial.- Te he dicho que no existe el amor a primera vista.
Pablo Fernando.- Yo me enamoré de Ana Victoria, cuando vi en sus pupilas brillantes mi reflejo, sabía que había una conexión inquebrantable, única y muy especial. ¡Entremos a la fiesta!
En el interior de la Hacienda, Arumi Andreína está con doña Patrona, está furiosa de que se haya permitido la entrada a la mujer del antifaz:
Arumi.- ¡Cómo es posible que esa mujer esté ahí con un antifaz en la cara! Se ha equivocado de fiesta, esto no es una fiesta de disfraces, ni un baile de máscaras, pone nerviosos a todos al ocultar su identidad Tía. ¡Así que sales inmediatamente y le dices que se quite el antifaz o se vaya o yo misma lo haré!
Doña Patrona.- En primer lugar Arumi recuerda que tú nunca podrás darme órdenes a mí, en segundo lugar, esa mujer desconocida es la esposa de don Vidal Trujano un gran amigo del Gobernador, el hecho de que sea desconocida para todos nosotros, no nos debe de inquietar o ¿acaso te recuerda a alguien que te pone nerviosa? Y si quieres ver su rostro, ¿Por qué no te preocupas en ver la persona interior de todos lo que te rodean y tienen cualidades más que defectos? ¡Permíteme atender a mis invitados querida sobrina!
Arumi Andreína se queda muy molesta, pero por ahora se concentrará en Ana Victoria y no permitir que le arruine la noche.
Jerónimo y Alfonsina esperan ansiosos que Ana Victoria salga del cuarto con el elegante y fino vestido de encaje que le han comprado en “la tienda de raya”, pero se quedan asombrados realmente al verla salir, realmente se ve preciosa aunque no trae el vestido caro:
Ana Victoria.- ¡Estoy lista! No puedo usar ese vestido. No soy yo, siento que soy otra persona, fría y lejana. Miren desde hace tiempo estuve bordando mi propio vestido para una ocasión muy especial como esta. Yo quiero conservar mis raíces y me siento muy orgullosa de lo que soy: una verdadera purépecha michoacana.
Jerónimo.- ¡Realmente te ves hermosa hija con ese típico vestido purépecha!! No necesitas más adornos que tu nobleza y moral limpia, ¡nos haces sentir muy orgullosos de ti!
Alfonsina.-Mira Ana Victoria, tu padre me regaló esta pulsera y estos aretes de oro, ¡póntelos por favor en esta noche especial!
Ana Victoria.- ¡OH! ¡Son realmente hermosos! Me recuerdan tanta a una joya que ya había visto anteriormente, pero ¿dónde?
En realidad, tanto la pulsera como los aretes son parte del mismo juego que el medallón, el torzal de las rosas que perteneció a Edith y el cual, doña Patrona guarda con tanto celo y cariño.
Ana Victoria.- Oye mamá ¿Sabes en dónde se encuentra Obed? No lo he visto en todo el día.
Alfonsina.-Tampoco nosotros lo hemos visto, ¡ojala venga a la Hacienda muy pronto!
Obed se encuentra con Belarmino el Capataz, desde muy temprano salieron a ver a un médico que está de visita cercas de la Hacienda y el médico lo examina para ver cuántas posibilidades tiene Obed de recuperar la vista:
Doctor Núñez.-Realmente no naciste ciego Obed.
Obed.- Pues mis primeros recuerdos son vagos, pero la verdad yo podía mirar como entre nubes, podía ver sombras, colores, figuras, en ocasiones llegué a apreciar muy claro el rostro de Martina mi madre, pero solo lo recuerdo entre sueños, después todo se fue oscureciendo mas y mas hasta que no vi nada.
Doctor Nuñez.- Mira, ahora la enfermera te hará unos exámenes en tus ojos, ella se llama Yolanda Méndez Martínez:
Yolanda Méndez.-Obed te voy a poner unos aparatos en los ojos, pero mientras contéstame: ¿Cuántos deseos tienes de ver?
Obed.-Todos los deseos que siente mi corazón no tienen otra meta que la de recuperar la vista. Para mí los ojos son como dos valiosos diamantes, dos gemas que brillan y arrojan una delicada luz, que puede transmitir paz o bien causar mucho dolor.
Yolanda Méndez.- ¿Crees de verdad que los ojos son las ventanas del espíritu?
Obed.-Los ojos son la ventana de la vida, dice el Libro Divino “Si tu ojo es sencillo, todo tu cuerpo estará brillante, si tu ojo es malo, estará en oscuridad” la humildad es lo que enriquece la vida de las personas.
Yolanda Méndez.- ¿Sueñas Obed? ¿Qué sueñas?
Obed.- Sueño que veo, veo un paraíso donde podré vivir una vida sin fin, donde no habrá oscuridad, ni miedo, ni muerte, ni soledad, todo saldrá a la luz a su debido tiempo.
Después del examen, el Dr. Nuñez menciona:
Dr. Nuñez.- Veo que hay muchas posibilidades de que Obed pueda volver a ver con la operación debida.
Belarmino se llena de alegría y la comparte con Obed, así que regresan a la Hacienda:
En las caballerizas. Ahora que han regresado con buenas noticias, Obed siente y escucha con su fino oído entrenado, por ser ciego, como “Centella” la Yegua de Ana Victoria está quejándose y está como muriendo:
Belarmino.- ¡Tus corazonadas han sido del todo ciertas! Alguien ha querido envenenar a Centella y parece que va a lograr su objetivo, ¡Ana Victoria va a sufrir tanto cuando se entere!
Obed.- ¿Quién puede ser capaz de causarle tanto daño a Ana Victoria más que la Señorita Arumi Andreína? Pero lo que ella ignora es que siempre hay un día para ordenar los asuntos en la vida y ese día puede llegar en cualquier momento. ¿Por qué se ha quedado todo en silencio? ¿Qué ha pasado Belarmino?
Belarmino.- No te alarmes Obed, pero parece que “Centella” ha muerto.
Obed se queda impresionado y más al pensar en el sufrimiento de Ana Victoria.
La tormenta por fin comienza a caer, unas fuertes ráfagas de viento sacuden todo alrededor. Los hombres rebeldes con el Hacendado don Fausto creen que han esperado mucho tiempo para actuar. No lograrán prenderle fuego a la Hacienda, pero sí pueden hacer algo: Acabar con la vida de don Fausto Escobar.
En el interior de la Hacienda y en plena fiesta, Arumi se queda sorprendida al ver a Pablo Fernando e inmediatamente se prende de su brazo y lo anima y presiona para que vayan a bailar:
Arumi Andreína.- Sabía que no podrían faltar a la Cena y al baile.
Pablo Fernando.- Sería un acto de muy mala educación, rechazar esta invitación por parte de don Fausto. Arumi, dime por favor ¿en dónde está Ana Victoria?
Arumi Andreína.- Por primera vez en tu vida, ¡Deja de preguntar por ella! Aquí estoy yo para hacerte disfrutar de esta noche de baile.
Pablo Fernando.- Con mucho respeto, que quede bien claro que entre tú y yo solo puede haber una buena amistad Arumi Andreína.
Arumi Andreína.- ¡En el corazón no se manda, y mi corazón se ha enamorado de ti, yo voy a luchar para que llegues a quererme!
Alfonsina, Jerónimo y Ana Victoria salen para disfrutar de la fiesta, pero antes de ser vistos, Jacinta la hija de Belarmino llega y espantada le da la cruel noticia a Ana Victoria:
Jacinta.- ¡Ana Victoria, tienes que ir pronto a la caballeriza, Centella está muy mal, ojala la encuentres viva aún!
Ana Victoria.- ¿Cómo? ¿Qué le ha sucedido a mi Centella? ¡Papá acompáñame!
Jerónimo.- Sí hija ¡Vamos!
En medio de la tormenta tan fuerte y peligrosa, Ana Victoria y Jerónimo salen a toda prisa, Pablo Fernando ve lo alterado que está Jacinta y la cuestiona para ver qué sucede, ella le cuenta lo sucedido y él se sale tras Ana Victoria, mientras Arumi Andreína no puede creer que la haya dejado sola.
Mientras tanto, Edith se acerca a conversar con doña Patrona y le pide algo muy especial:
Edith.- ¡Hermosa casa doña Patrona! ¿Me la podría mostrar?
Doña Patrona.- ¡Encantada señora! ¡Esta casa sería realmente hermosa si estuviera aquí con nosotros la joven que llenaba de luz cada rincón de ella, mi hija!
Edith.- ¿Quién es ella? La del cuadro. ¿Es ella su hija?
Doña Patrona.- Sí, es Edith, murió hace 18 años.
Edith.- ¿Y si por alguna razón ella estuviera viva qué haría?
Doña Patrona.- ¡Me muero de alegría!
En las caballerizas, Ana Victoria se encuentra frente al cadáver de “Centella”, ella también se queda helada, impotente, rompe en llanto con mucho dolor y amargura:
Ana Victoria.- ¡Centella! ¿Por qué? ¡No puede ser papá!
En plena lluvia, Ana Victoria la acaricia llorando, empapada, de repente siente las tibias manos de Pablo Fernando tocándole las mejillas, consolándola:
Pablo Fernando.- ¡No estarás sola, yo siempre estaré a tu lado, porque… te amo.
Cuando regresan al interior de la Hacienda, Arumi Andreína aprovecha el momento para burlarse de ella:
Arumi Andreína.- ¡Atención todos! ¡Volteen a ver a la maestra del pueblo, a la mugrosa muchacha que prefiere ir a llorarle a su triste yegua muerta que disfrutar del baile!
Todos voltean a ver a Ana Victoria llena de lodo y mojada, mientras que Edith enfoca su mirada en los aretes y la pulsera que trae:
Edith.- ¡Son mis joyas! ¿Qué hacen mis joyas en su poder de ella?
Doña Patrona.- Esas joyas eran de mi hija Edith ¿Por qué dice usted que son suyas señora?...
CONTINUARÁ…. ESCRITA POR: FRANCISCO MURILLO MÉNDEZ.

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