jueves, 13 de mayo de 2010

“EL VIENTO HUELE A ANGUSTIA”.

TU LUZ EN MI HORIZONTE

CAPÍTULO 9:

“EL VIENTO HUELE A ANGUSTIA”.

Personaje Yurecuarense invitado de esta semana: Ignacio Bedolla Romero. Profesor con más de 50 años de experiencia y servicio al pueblo de Yurécuaro.

En la cueva misteriosa, Belarmino y Jerónimo han descubierto oro y plata, además de joyas preciosas en abundancia, ocultos estos tesoros muy cercas de donde encontraron también la pintura de la señorita Edith:

Jerónimo.- ¡Somos muy ricos Belarmino! ¡Tenemos la vida comprada!

Belarmino.- ¡Podremos vivir a nuestras anchas y despreocuparnos por completo!

Jerónimo, siente de repente que ha pronunciado palabras que en su sano juicio no las hubiera dicho; Siempre ha sido muy consciente de que por más rica que sea una persona, no por ello es más feliz, ni puede vivir más años que los demás:

Jerónimo.- ¡En cuántos escasos minutos puede tu cerebro volar más allá de la razón! ¡Esto no nos hace ni más ni menos Belarmino, te lo estoy diciendo en serio! Ahí tenemos el ejemplo del Patrón don Fausto, el dinero no le pudo quitar nunca la tristeza de perder a sus querida hija, con todo esto no alcanza para comprar una vida.

Belarmino.- ¡Pos, yo no voy a poder dormir en toda la noche nomás pensando en este momento, sentiré que es un sueño, descubriré que es una realidad, pero en el fondo veo todo borroso, entre nubes, no tengo nada claro en mi cabeza, y ya tengo rete harto rato que no dejo de sudar de puro nerviosismo y el corazón siento que se me quiere salir!

Jerónimo.- Pues ojale y no te vayas a morir de puro gusto y asombro. ¡Mejor vámonos a la Hacienda y calmemos los nervios lo más que podamos!

Allí están los dos, aparentemente contentos, pero una aguda angustia y preocupación se apodera de sus pechos oprimidos ahora de miedo por temer perder lo que han encontrado.
Pasan tres días. En La Hacienda “La Semilla” Se hacen los preparativos para la llegada del Gobernador. Alfonsina habla firmemente con Ana Victoria acerca de que fueron invitados a la cena y al baile:

Alfonsina.- Ana Victoria, hija ¡Tienes que estar presente en la cena y el baile al igual que nosotros!

Ana Victoria.- ¡No quiero ir mamá! Nosotros no estamos a la altura de los Hacendados, somos personas humildes y somos parte de la Servidumbre, no debemos exponernos a recibir malos tratos y humillaciones.

Alfonsina.- Sabemos que don Fausto y doña Patrona no son como los demás hacendados, ellos sí tienen corazón y sentimientos, quieren que los acompañemos en esta cena especial.
Ana Victoria.- Además Arumi Andreína solo utilizará la ocasión para burlarse de nuestra ropa y de nuestra cultura, ¡no puedo tolerarlo!

Alfonsina.- De eso quiero hablarte hija, fui a la tienda “de raya” y te compramos un hermoso vestido, es muy caro, pero tu padre me dio para pagarlo, ¡no se de donde sacó esas monedas de oro pero las obtuvo y aquí lo tengo, es un regalo que te hacemos!

Ana Victoria.- ¿Acaso es el vestido que Arumi colocó en la tienda “de raya” para burlarse y comentar que el vestido tan fino iba a terminar pudriéndose pues no habría quien lo pudiera comprar en toda la región? Lo siento mamá, no se si seré capaz de ponerme algo así, pero tengan por seguro papá y tú que yo estaré donde ustedes estén esa noche.

Al mismo tiempo que ellas platican, Arumi Andreína sigilosamente se introduce a las caballerizas con un frasco misterioso en la mano, algo planea insensiblemente, y vacía el contenido del líquido en la pila de agua de “Centella” el hermoso caballo de Ana Victoria:

Arumi Andreína.- ¡Todavía no puedo olvidar los duros golpes que me provocaste en la caída, además tu dueña Ana Victoria también se ha encargado de herirme donde más me duele, ella quiere apoderarse del cariño de Pablo Fernando y nunca, nunca lo voy a permitir!
Jerónimo va llegando a la caballeriza, se encuentra con Arumi Andreína, no sospecha nada de lo que sucede:

Jerónimo.- ¡Buenas tardes Señorita Arumi!

Arumi Andreína.- ¿Cómo está Jerónimo? ¿Qué tal se siente “Centella”? la veo rara, cansada…

Jerónimo.- “Centella”ha trabajado mucho últimamente, además también siente tristeza, varias veces me ha tocado ver como le salen lagrimas de sus ojos, extraña a Ana Victoria, quien ya no puede montarla, pues se va a dar clases para enseñar a los niños de los peones a leer y escribir.

Arumi Andreína.- (fingiendo) Sí, está realizando una muy buena labor, si sigue así llegará muy lejos, se ganará el respeto del pueblo por abnegada y servicial. Le quiero hacer una pregunta Jerónimo y quiero que me conteste solo con la verdad ¿De dónde sacó las monedas de oro para comprar el fino vestido de la tienda de “raya”? ¡Dígame de dónde!

Jerónimo.- ¡Discúlpeme! A usted no tengo por qué darle explicaciones de ese hecho, el oro lo da la tierra y yo trabajo en ella, siempre la tierra nos devuelve doble lo que le damos ¡eso nunca lo olvide! ¡Con su permiso!

“Centella” bebe más agua que de costumbre, alegrando el corazón traicionero de la joven, quien no está dispuesta a dejar a Ana Victoria en paz.
Una gran paz reina en la calle de las casas de adobe, donde viven los peones y en uno de sus cuartos Ana Victoria se encuentra enseñándoles a los niños el arte de leer y escribir, ella se siente plena:

Niño Javier.- ¡Aquí… dice Ma…m...á! ¡Mamá! ¡Pude leerla!

Ana Victoria.- ¡muy bien Javier, lo lograste! ¡Sigue intentándolo con las siguientes palabras!

Niña María.- ¡Ya perdí mi lápiz!

Niño Samuel-¡tengo hambre, quiero unos tacos de frijoles!

Ana Victoria.- ¡ya casi terminamos, apriétense las tripas un ratito más!

En eso llega el Profesor Ignacio Bedolla Romero, quien es un Ilustre transmisor del conocimiento a los alumnos y le interesa mucho colaborar también con esta obra:

Ana Victoria.- ¡Profesor Ignacio, no lo esperaba!

Profesor Ignacio Bedolla.- ¡Pasaba por aquí y decidí traerte las libretas y los lápices que me pediste! ¿Cómo se siente la profesora más aplicada de Yurécuaro?

Ana Victoria.- No diga eso…los niños van avanzando, si siguen así van a poder ayudar mucho a sus padres a que se defiendan.

Profesor Ignacio Bedolla.- Pues yo te tengo buenas noticias, en una semana comienzo la alfabetización para los adultos aquí mismo, ya muchos comienzan a alborotarse de la emoción, algunos hasta hablan de que podrán escribir cartas y leer el periódico.

Ana Victoria.- O el Libro que se encuentra en la Hacienda y el cual don Fausto quiere ponerlo a disposición de toda persona que quiera escuchar leer de él, La Palabra de Dios.

Profesor Ignacio Bedolla.-No obstante hay algo que me preocupa mucho, escuché que la rebelión de los peones inconformes con el Hacendado están a punto de atacar , no se sabe si lo harán la misma noche de la cena del Señor Gobernador, será una noche muy peligrosa, ¡ temo que se llegue ese día! Ya el viento trae olores de angustia y color de miedo.

Ana Victoria.- ¡Ojala que ese día sea de un viento transparente y fresco! Y que solo se respire paz, porque ese día es hoy profesor, la Cena es esta misma noche.

La Piedad de Cavadas, Casona de Vidal Trujado:

Vidal Trujado se está alistando para el viaje a la Hacienda “La Semilla”, apura a Edith pues se hace tarde:

Vidal Trujano.- ¡No Edith! ¡No estoy loco ni trastornado! Iremos a la Cena porque necesito velar por mis intereses, ¡necesito oro, plata, bienes, para sentirme vivo! Nadie sabe que hace 18 años te traje conmigo, todos te consideran muerta, ahogada en el río, perdido tu cuerpo y llevado por la corriente, solo restos de tus ropas se encontraron; y a mí me consideran un hombre de prestigio en la región, amigo de confianza del Señor Gobernador, nadie sospecharía de mí. Te llevo porque considero necesario ser bueno contigo, ellos tus padres nunca te reconocerían con esa enorme cicatriz en la cara, no te creerían que eres su amada hija, además con lo del golpe del accidente que tuviste tu memoria quedó tan atrofiada que no recuerdas gran cosa.

Edith.- ¡No juegues con fuego Vidal Trujado porque te puedes llevar una gran sorpresa, te puedes quemar cuando menos te lo esperes!

Vidal Trujano.- ¡Descuida amada mía! ¡Tengo todo bajo control!

Esa noche en la Hacienda “La Semilla” los invitados comienzan a llegar, el Señor Gobernador y su corte, los Hacendados más ricos de la región, Vidal trujado y Edith, quien luce un elegante vestido rosa pálido y en su cara lleva un llamativo antifaz, aunque ella por dentro sabe que le espera una noche muy especial, de recuerdos, de reencontrarse con su familia, de planes ocultos, de angustia y a la vez de alegría. También llegan Obdulia y Sulem Rosablanca quienes están dispuestas a investigar acerca del paradero de aquél niño ciego que una de ellas abandonó hace muchos años, Alfonsina y Jerónimo esperan que Ana Victoria salga arreglada con el fino vestido para la ocasión, así que están impacientes de que salga para verla.

En las caballerizas “Centella” la yegua de Ana Victoria tiene una triste agonía, a solas a causa del veneno que Arumi Andreína vació en el bebedero. Sus lágrimas en sus ojos muestran el profundo dolor y cariño que siente por su ama.

A las afueras de la Hacienda, la rebelión de los peones inconformes ha comenzado y planean atacar de sorpresa:

Hombre inconforme.- ¡Incendiaremos la Hacienda! ¡Esta noche habrá luz suficiente para el baile!

Hombre.- ¡Tope en lo que tope, esta noche la Hacienda será del pueblo y seremos libres!

¿Y Obed? ¿Dónde está?
¿Qué sucederá en la cena y el baile?
Doña Patrona y don Fausto reciben a Vidal Trujano y a Edith, la mujer del antifaz, ¡ella siente una emoción tan fuerte al encontrarse con sus padres después de tantos años de nuevo! Doña Patrona siente lo mismo.
En la cueva misteriosa “ Copero” el servidor fiel de la Señora Edith queda helado al descubrir que no hay nada del oro y la plata y las joyas preciosas que con tanto esmero y paciencia ha ocultado por tanto tiempo:

Copero.- ¡No puede ser! ¡ ha desaparecido!¡ Alguien se ha llevado el tesoro de la Señora Edith.
CONTINUARÁ…. ESCRITA POR FRANCISCO MURILLO MÉNDEZ.

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