domingo, 11 de octubre de 2009

CAPITULO 11: “LA ROSA ENTRE LAS ESPINAS”

Morelia Michoacán.
Cada una de sus calles y Avenidas están llenas de optimismo y ganas de seguir luchando hacia delante. El sol brillante pareciera que esparce una lluvia de luz sobre todo lo que toca, así lo ve todo Loreta, con mucha ilusión, al saber que después de veinte largos años volverá a ver a su madre, doña Eloísa.
Eréndira Loeza la joven que se hace disponible para guiar a Loreta y a la maestra Juanita Barajas les platica lo hermoso que es Morelia y todos los lugares que hay por recorrer y disfrutar:
Eréndira.-Por ejemplo, podemos visitar la Plaza, el Callejón del Romance con sus fuentes, faroles y jardineras, todo de cantera, este Callejón es misterioso por sus puertas y ventanas que dan la impresión de no abrirse jamás, pero también es un lugar dulce y acogedor por la estrechez de sus muros que parecen besarse. También podemos en la tardecita saborear de un Gazpacho moreliano delicioso.
Loreta.-El Gazpacho es un vaso lleno de frutas finamente picadas al cual se le agrega chile en polvo, sal, limón, cebolla, queso rallado y jugo de naranja, ¡ya se me antojó!
Maestra Juanita.- Sí, con trozos de mango, jícama, mas tarde yo también voy a querer uno.
Eréndira.-Y para recorrer de principio a fin Morelia necesitamos mucha energía, para ello podemos visitar el mercado de Dulces, el Zoológico, el Nocturnario, o tomarnos en la nochecita un café en el Jardín de Las Rosas.
Loreta.- Ahí sí que vamos a ir sin falta, es el lugar idóneo para que los artistas se inspiren para crear Arte.
Eréndira.-Cambiando de tema, me alegro que ya te hayas comunicado con tu hija, Loreta y te haya dado el domicilio del lugar de aquí en Morelia donde está tu mamá, pero necesito decirte algo muy importante: la dirección yo la conozco y no es una casa, ni un Hotel, sino que es… un Hospital. El Hospital Memorial.
Loreta.- ¿Cómo? Eso significa que mamá puede estar muy enferma, o quizás agoniza ¡No puede ser! No, No.
Maestra Juanita.- ¡Cálmate Loreta, tranquila! No te adelantes a lo que quizás no es, no imagines cosas sin estar completamente segura de ello ¿De acuerdo?
Loreta.- Tiene razón maestra, pero es que ¡Tengo mucho miedo! ¡Tengo miedo de perder otra vez a mi madre, no lo soportaría!
Eréndira.- Lo mejor será irnos al Hospital Memorial y ver qué ha sucedido ¡Confiemos en que todo saldrá bien, primero Dios!, es en el Fraccionamiento Camelinas.
Mientras tanto en Yurécuaro, Jovita y Esther piensan en cómo le estará yendo a Loreta, ellas están cambiando el alpiste y el agua de las blancas jaulas de los hermosos canarios que Jovita cuida y atiende con tanto esmero:
Esther.- ¡Están preciosos los canarios Nana Jovita, me transmiten tanta paz!
Jovita.-sí, son libres aunque estén encerrados, es como si comprendieran que su presencia, su compañía pueden alentar el corazón de las personas, para mí, son mi terapia para no sentirme sola, siempre me siento acompañada y trato de darles mi amor y mi cariño.
Esther.-Nana, tú no estás sola, nos tienes a nosotros,¡ somos tu familia y te queremos mucho también, nunca lo olvides!
Jovita.- ¡Gracias Esther! Yo los vi nacer a ti y a Benjamín y los considero como mis nietos, la verdad lo único que he recibido en esta casa es solo amor. Se respira eso en este hogar y no cualquier familia lo logra.
Esther.-La clave es el amor, tenemos que alimentar el amor en la familia, porque si no lo hacemos se puede enfriar. Es como una fogata que atrae a la gente en una noche fría con el calor de sus llamas. ¿Qué pasaría si nadie alimentara el fuego con leña?
Jovita.- Pues se apaga.
Esther.-Así es nana, para que el amor que nos une se mantenga fuerte, cada uno de nosotros debe poner de su parte y tú Nana Jovita ¡ eres una parte muy importante en esta casa!
Esther abraza a Jovita, ella llora, pues también los quiere mucho.
En el DIF se disponen a leer la carta que la mamá de Pipsy, la niña abandonada dejó oculta y ha sido descubierta. José Castillo Paz, quien trabaja ahí, el Güero le da lectura, todos están atentos a escuchar el contenido: Parte de la carta dice así:
¡Cuántas veces quise escribir una carta de alegría!, el tiempo lo tuve, las comodidades las tuve, pues mi familia tenía una muy buena posición económica, y hoy me veo escribiendo una carta donde plasmo mi dolor y mi desdicha. El dolor de voltear a ver mi pasado y solo lamentarme de las malas decisiones que he tomado en mi vida, le fallé a Dios, a mi familia y a mi misma por no valorarme y respetarme.
Me enamoré de la persona equivocada, me enamoró con palabras bonitas, melosas, me bajó la luna, las estrellas, todo resultó ser una mentira. Le di la espalda a mi familia en mi rebeldía, pensando que no necesitaría nunca más de ellos, simplemente los dejé.
El tenía muchas parejas,¡ lo llegué a odiar mucho!, no lo volví a ver más, pasaron los años y lejos de ordenar mi vida, la depresión y la desilusión de mi vacía vida me hizo caer mas y mas bajo, hasta que quedé embarazada y escuché la noticia mas aterradora de mi vida, estoy infectada de SIDA. Como nunca he tenido un tratamiento, mi cuerpo sufre ya los duros estragos de la enfermedad. ¡Pronto moriré! ¡Tengo tanto miedo de que mi pequeña me vea morir y sufra tanto! Es por eso que me veo obligada a más que desampararla, la dejo en un lugar donde sé que puede llegar alguien que pueda sentirse motivada a aceptarla como a una hija, no se si mi hija tenga SIDA también, no lo sé. Si yo pudiera regresar el tiempo, no lo pensaría una vez, sino mil veces: El matrimonio es el único lugar, el único compromiso de amor entre dos personas solteras para buscar la felicidad, fuera de él solo hay espinas que hieren, no hay que confiarse, lo que se siembra se cosecha, no hay rosas entre las espinas, las espinas nunca llegarán a herir a una rosa. Mi corazón está muy herido, tiene mucho rencor,” si alguien me lamiera el corazón. . . .moriría envenenado.”
ATTE: “Una mala madre”
Todos se quedan callados,¿Estará Pipsy enferma de SIDA?,pronto se decide hacerle los análisis pertinentes.
Morelia Michoacán.
En el Hospital Memorial, llega Loreta con la recepcionista:
Loreta.- ¡Buenas tardes! ¿ La paciente Eloísa Madrigal está aquí?
Recepcionista.-¿Es usted familiar de la paciente?
Loreta.- Sí, ella es mi madre.
Recepccionista.-Está bien, la registraré, ¿ellas vienen con usted?
Loreta.-Sí, son mis amigas.
Recepcionista.- La señora Eloísa Madrigal está en el tercer piso, en NEUROLOGÍA, cuarto 22.
Loreta.- ¡Muchas gracias, muy amable!
Una mujer de unos cuarenta y cinco años y su hija están ahí y escuchan todo, la señora se llama Alba, su hija Clarisa, Alba se dirige hacia Loreta y le dice con un tono de burla:
Alba.- ¡Por fin se te dio la gana aparecer Loreta! Aunque creo que tu presencia ya no es nada necesaria para la familia Díaz, además ¡ya estás muerta y enterrada!
Loreta.- ¿Alba? ¡Tú no tienes ningún derecho de hablarme así!
Alba.- Por supuesto que lo tengo, sí, soy Alba, la esposa de tu hermano Ignacio, tengo años, años cuidando a esa pobre vieja transtornada de tu madre, y ¡ella está así por tu culpa! ¡Ya estoy harta!
Loreta.-¡No te voy a permitir que hables así de mi madre! Te lo aclaro, si me ausenté no fue porque yo así lo quisiera, y si he vuelto es para poner las cosas en su debido lugar. No has cambiado nada, te lo advierto ¡Ya no soy la misma de antes! Y seguro eres tú quien se ha gastado todo el dinero de la familia.
Alba.-¡Te vas arrepentir de haber regresado! Te lo aseguro, mas valía tu ausencia, que tu regreso.
Loreta.- Esta historia apenas comienza Alba, no me provoques porque me vas a conocer.¡ Compermiso!
Alba ha retado a Loreta, pero ella no está dispuesta a perder una vez más, No.
El Dr. Manjares cita a Loreta en privado antes de entrar a la habitación de doña Eloísa:
Dr. Manjares.- Así que tiene veinte años sin ver a su madre.
Loreta.- Sí, pero no hay plazo que no se cumpla y el día llegó.
Dr. Manjares.- ¿Cómo se siente?
Loreta.- ¡Créame que estoy preparada para todo lo que pueda suceder doctor! Dígame ¿Cuál es la enfermedad de mi madre?
Dr. Manjares.- No le voy a ocultar la verdad señora Loreta, es muy probable o lo más probable es que su madre al verla a usted no la reconozca, es más, ni sabrá quién es usted, porque ella desgraciadamente tiene Alzhaimer.
Loreta.- ¡No puede ser verdad!
Dr. Manjares.- Créame que existen los milagros y todo puede ocurrir, solo le quise advertir. ¡Pase a ver a su madre por favor!
Loreta entra en la habitación acompañada de la Maestra Juanita y Eréndira. Ahí está doña Eloísa de espaldas frente a la ventana mirando la ciudad de Morelia, callada, melancólica. La maestra Juanita le habla con mucha suavidad:
M. Juanita.- ¡Doña Eloísa! Tiene una visita especial.
Doña Eloísa voltea, Loreta se queda atónita, está frente a su madre, es ella, aquél rostro que casi se borra de su mente, pero nunca, nunca de su corazón.
Loreta.-Eloísa, vine a verte, soy Loreta… ¡tu hija!
Eloísa.- ¿ Loreta? ¡Qué hermoso nombre! ¿Eres tú mi nueva enfermera? A cada rato me cambian de enfermera, yo solo quiero a una sola para cuidarme.
Loreta.- ¡Claro que yo seré tu enfermera! Desde hoy yo te cuidaré y te aprovecharé cada día, cada instante que estemos vivas y no me voy a separar más de ti.
Loreta se acerca a doña Eloísa y aunque las manos le tiemblan y la voz se le quiebra y sus ojos se humedecen, la abraza y la besa, le pregunta:
Loreta.- Eloísa, ¿Te puedo decir… mamá?
Eloísa.-Sí, además me recuerdas a la hija que más quise y se me murió: Mi Loreta.
Loreta.- ¡Gracias por mencionar esas palabras! Desde hoy ¡Perdono mi vida, mi pasado, perdono al hombre que me robó mi vida, de corazón perdono mi presente, quiero sanar mi corazón para darte lo mejor mamá!
Eloísa.- Solo te voy a pedir un favor, nunca me dejes sola con Alba, ella es mala, muy mala, ella quiere que me muera…CONTINUARÁ Novela de: Francisco Murillo M.

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