¡Hola amigos y amigas! Estamos muy contentos porque el periódico EL CAZADOR DE LA VERDAD lleva 8 años compartiendo la información de nuestros pueblos con todos ustedes, se dice fácil, pero es todo un logro…¡Felicidades a la familia Mora Briseño!
En esta semana les comparto los siguientes relatos para reflexionar…
Escrito por: Francisco Murillo Méndez.
Vivimos la vida, a veces creyendo que todo siempre va a ser igual, viviendo al día, en el interior de los hogares, de las familias, con los sentimientos rotos, heridos...
No hay casa sin problemas, libre de inquietudes, en unas, el matrimonio a punto de la ruptura, sufriendo en silencio y permaneciendo unidos por el qué dirán, aparentando lo que no es...En otras, batallando con un familiar enfermo, donde la casa se convierte en un pequeño hospital donde se respira mucha soledad e incertidumbre pues no toda la familia apoya por igual, la carga siempre es solo para unos cuántos...En otras, el problema son los hijos, que no entienden que ellos no deben reinar en el hogar, ni se va a hacer siempre su voluntad, se enojan, se rebelan, hacen sufrir mucho a los padres, quienes se dan cuenta del resultado de que quizás no le dedicaron el suficiente tiempo, ni la atención necesaria y a veces, aunque les dediquen todo el tiempo del mundo, el corazón inexperto del hijo o de la hija ya es de por sí ruinoso...
Hay hogares donde el problema está en un "muro de silencio", es decir, no se dirigen la palabra entre ellos, viven y se ignoran, como si no existieran, perdiendo mucho tiempo para quererse...
Hay muchas familias rotas, familias heridas, separadas literalmente o emocionalmente, hay tanta necesidad de ayuda y de buenos consejos, hay tantas personas que no pueden dormir a menos que se tomen una pastilla "para olvidar y poder conciliar el sueño", aunque sea para olvidar un rato los problemas, los miedos, los pendientes...
La ayuda está al alcance de todos, está en los consejos de la Biblia, pero si seguimos creyendo que no ocupamos de Dios, que podemos vivir sin Él, estamos muy equivocados y sufrimos...
Mientras que nuestro orgullo nos impida acercarnos a él para aprender de sus propósitos, vamos a seguir así, problemas los vamos a seguir teniendo, es verdad, pero vamos a tener más fuerzas, aguante, consuelo y esperanza si nos refugiamos en él.
Su nombre es Jehová y es el oidor de la oración, así que Él no está lejos de cada uno de nosotros y para él no hay imposibles, él desea que seamos felices aún en medio de muchas dificultades y quiere ver familias unidas, que se quieran y disfruten del día a día...aún para siempre...
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